Se presentó el informe «Pobreza y desigualdades educativas en la niñez y adolescencia en Mar del Plata», en una actividad que tuvo lugar en el Auditorio Emilio Botín de la Universidad FASTA. Se trata de una investigación que se llevó adelante entre el Observatorio Universitario de la Ciudad (FASTA) y el Observatorio de la Deuda Social Argentina (UCA). Los datos presentados son alarmantes.
En este marco, cabe mencionar que la presentación se llevó adelante con autoridades universitarias, especialistas, referentes institucionales, docentes y medios locales, entre otras figuras y espacios destacados. Los especialistas en la materia ofrecieron un pormenorizado análisis sobre «la evolución de la pobreza infantil y los factores educativos que condicionan el desarrollo de las infancias y juventudes en la ciudad».
Este estudio, se centró en un trabajo de campo en los periodos 2017–2024. Según detallaron durante la presentación, se nutrió de los microdatos de la EPH-INDEC y registros del ODSA-UCA. Quedo claro que «la pobreza infantil en Mar del Plata se mantiene sistemáticamente por encima de la pobreza general». Además, explicaron que «esta brecha se profundiza en etapas críticas, como la pandemia de COVID-19 y el proceso inflacionario de 2023, afectando de manera directa las trayectorias educativas de niños, niñas y adolescentes».
Al respecto, fueron los investigadores Eduardo Donza, Ianina Tuñón, Julieta Vera, Santiago Cueto y María Eugenia Florio, quienes trabajaron intensamente con la coordinación de Gabriel Coronello Aldao, además de la asesoría académica de Agustín Salvia. Entre otras de sus conclusiones destacadas, se expresó que «la educación funciona como un componente central para comprender la pobreza multidimensional, por lo que el informe incorporó indicadores vinculados al acceso escolar, la continuidad educativa y el clima sociocultural de los hogares».
Entre los principales resultados, el texto indicó que aparecen «grandes desigualdades educativas que son persistentes, especialmente visibles en la inasistencia, el rezago severo y los bajos climas educativos familiares». «Estas situaciones tienden a concentrarse en hogares donde coinciden pobreza económica, menor escolaridad adulta y entornos educativos limitados, lo que configura condiciones que vuelven más frágiles las trayectorias escolares», afirmaron.
Por otra parte, este estudio también indicó que «los tramos más críticos se encuentran en el nivel inicial, donde aún existen dificultades de acceso y cobertura, y en el nivel secundario, donde reaparecen problemas relacionados con la permanencia y el avance académico de adolescentes». «Las brechas internas muestran dinámicas que requieren atención y respuestas integrales», aclararon.
En el cierre de este importante evento, los protagonistas de concluyeron haciendo un llamado a «considerar la educación como un eje estratégico para combatir la pobreza estructural», al tiempo que resaltaron que «reducir desigualdades que afectan el desarrollo integral de la niñez y la adolescencia en la ciudad es prioridad».
